REFORESTACIÓN

En la foto podéis apreciar una de las camas de un vivero forestal de plantones de aliso que visitamos en la comunidad del Verde junto con el grupito de promotores agropecuarios de Ayabaca.

La reforestación es otra de las actividades que se promueven activamente desde ESCAES. La tala indiscriminada es algo común en la zona, ya que la leña es la principal fuente de energía. Por otro lado, existe una escasa conciencia medioambiental entre la población campesina, lo que se refleja no sólo en la deforestación sino también en temas como el manejo inadecuado de basuras, la eliminación de excretas a campo abierto,…

Creencias como la de que la quema de un bosque atraerá más fácilmente la lluvia son moneda corriente además de tremendamente perjudiciales para la conservación del ecosistema. Por ello las actividades de forestación y reforestación se consideran una prioridad.

El otro día os hablaba del aliso. Se trata de una especie autóctona con la que se están realizando las actividades de (re)forestación. Esta especie tiene una serie de bondades que aconsejan que se utilice extensamente. Las hojas del aliso se descomponen muy rápidamente por lo sirven de abono al terreno que lo rodea. También aporta nitratos a la tierra y conserva muy bien la humedad siendo además utilizada como fuente de combustible.

Desde ESCAES se capacita a los beneficiarios en creación y cuidado de viveros forestales con plantones de aliso y pino. Los plantones de aliso pasan del almácigo al campo definitivo tras cuatro meses de cuidados. En tres años el árbol habrá entrado en la edad adulta.

Los viveros forestales los gestionan los círculos de alfabetización y también existen en colegios de primaria y secundaria que siguen la Propuesta Metodológica para la Escuela rural (PMER). Como creo que ya os dije la PMER tiene como objetivo que el niñ@ rural adquiera aprendizajes significativos en la escuela creándose así un vínculo entre la ruralidad y la enseñanza.

La PMER se podría resumir en una frase: “que lo que aprenda el niñ@ en la escuela sea útil para su vida cotidiana”. Esto es de vital importancia, ya que muchos padres de familia consideran que en la escuela los aprendizajes no son significativos y, por tanto, no apoyan suficientemente a sus hijos en su formación, y mucho menos a sus hijas.

El niñ@ en la PMER es centro del proceso, construyendo sus propios aprendizajes a través de una metodología activa y participativa que tiene en cuenta las peculiaridades de lo rural y adapta las programaciones a dichas particularidades. Así por ejemplo, instrumentos como los huertos hortícolas y los viveros forestales se convierten en espacios educativos para los chavales, además de contribuir a mejorar la nutrición y la reforestación. Igualmente algunos colegios de secundaria gestionan pequeños agronegocios, generando aprendizajes y prácticas que se replicarán posteriormente en los hogares generando poco a poco el tan ansiado cambio hacia una vida mejor.